viernes, 17 de abril de 2009

Rescate

En aquella montaña del fondo,donde está el pico más alto
había una caja de cerillas cnvertida en castillo,
y como en todo castillos había una princesa delicada,
pequeña y en apuros.
Aquella princesa tenía un problema de los grandes,
sus labios eran de mercurio y su corazón de hielo.
Pasaba los días en uno de los compartimentos de la caja.
Uno muy frio para que se mantuviera viva.
Su padre gastaba toneladas de oro en pajitas para que su hija
pudiera alimentarse.
En aquel reino minúsculo, cualquier cosa parecía gigante
y la pequeña princesa estaba completamente aislada
por los miedos del mundo exterior.
Ella suspiraba todo el día, y miraba el mundo a través
de la única rendija de su cuarto.
Tiritaba la princesa, y con ella todo su reino.
El minirreino en constante terremoto.
Por su rendija un día oyó algo...
algo diferente
nervioso, agudo, contagioso...
algo que en su vida había escuchado.
Todos los días, a la misma hora ponía la oreja en la rendija
para sentir aquella cosa insólita.
Detrás de aquel fenómeno empezó a cuestionarse
que habría alguien, una persona que lo produjera
y que tuviera la habilidad de conseguir arquear
su boca de mercurio sin que el líquido escapara.
Día tras día su corazón transparente iba cogiendo un tono rosado.
Hasta que un día en vez de sonar lo habitual,
Sonó una voz,
hablaron durante horas sobre todos los temas del mundo.
Él, con una cerilla,prendió el castillo,rescató a la princesa
y le dio calor, hasta que su corazón se derritió del todo
y dejó ver un corazón rojo,
y sus labios marcaron una temperatura tan alta
que se convirtieron en piel.
Así se besaron durante siglos.

1 comentario:

  1. Salvar a alguien de esta manera.. no tiene precio ninguno, y si algo costara, no podria permitirmelo.. v.v

    Me ha gustado!

    Saludo.
    Sr.Trapo

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